Sanar y auto-sanar podría ser vivido como algo más que un milagro. Un milagro siempre es puntual y acontece de una manera sorprendente e inesperada. Si comprendemos sanar y auto-sanar como un “proceso de cambio” se genera automáticamente una sensación de continuidad y sobre todo, implica al ser humano como actor de su vida. Lo milagroso excluye al ser humano en su individualización y le pone en situación de espera y de impotencia; en cambio, aceptar que la vida es un proceso de cambio constante y continuo y que cada vida humana está sujeta a las mismas variaciones, permite al ser humano aproximarse cada vez más a esa búsqueda de trascendencia con creatividad.
Las tipologías femeninas expuestas en este libro toman como base esos procesos de cambio y ponen en relieve no sólo la riqueza y la complejidad de lo femenino y de la mujer, sino también las interrelaciones con el entorno familiar, laboral, social y afectivo.
Esta visión provoca una reflexión y un conocimiento innovador en la forma de tratar las tipologías, ya que estas están concebidas como móviles y dinámicas y en constante despliegue y repliegue.
El hombre no está excluido, todo lo contrario. Esta visión de las tipologías abre un campo de exploración y de comprensión para poder comunicar de otra manera y no caer en los tópicos de incomunicación entre los géneros.
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