Para aceptar la condición femenina, integrando los aspectos psicológicos y corporales
Estimula paz interior, la benevolencia y el perdón. Libera patrones atávicos. Para la unión afectiva estable
Otorga autonomía, autoestima e integración social. Despierta la voluntad y el entusiasmo. Para el disfrute sexual
Aceptación de la propia sexualidad. En la adolescencia, ante la indefinición, otorga claridad en la preferencia sexual
Certeza para encontrar los propios valores. Nos conecta con los otros desde nuestro verdadero yo
Otorga equilibrio como madre o padre. Da seguridad y apertura al amor y la ternura. Sella la relación madre - hijo
Heridas profundas. Adolescentes irresponsables. Para asumir la paternidad y la regeneración celular
Ayuda a ser expresivos y extrovertidos. A aceptar la intimidad emocional y el contacto físico