El primer libro de esta trilogía, ¿Quién soy yo?, se convirtió, para mi sorpresa, en una herramienta valiosa para muchos terapeutas que me motivaban a publicar el segundo volumen de la serie. Y, casi sin quererlo, ya está en nuestras manos.
Al terminar de postear el último escrito que integra el presente título: ¿Quién creo ser?, sentí una sensación conjugada de bienestar y tristeza. No es la primera vez que sucede que el acabado de una escritura me precipita en un extraño viaje por mí mismo. Es muy diferente el fragor que acompaña el embarazo que el después del parto. Parte de esta vivencia se relaciona con el final de un peregrinaje por lugares insólitos de la clínica, que el abordaje de cada remedio traía a mi conciencia. Nuestras máscaras son emblemas curiosos de la vida, con las cuales guardamos cierta relación tormentosa. No podemos prescindir de ellas, pero no nos dejan vivir a plenitud. Encubren, revelan, pero en especial son mediadoras de nuestra relación con los otros y con el mundo.
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